Gutenberg compuso su Biblia con unos caracteres cuyo diseño pretendía simular la caligrafía que la Iglesia de los Alpes para arriba usaba en Biblias y misales. Era una letra de la familia que los impresores británicos denominan «gótica negra», aunque no tiene nada que ver con los godos. Su denominación técnica es «gótica de forma». Dice A. F. Johnson: «Es una letra vertical y angular caracterizada por una casi total ausencia de curvas. Podría decirse que es una letra dibujada más que escrita». Se había desarrollado, de igual modo que nuestra «redonda», partiendo de la escritura carolingia perfeccionada por el inglés Alcuino en la Abadía de Tours durante el reinado de Carlomagno (768-814). Hace el caso mencionar que los tipos romanos quizá deban su nombre «al hecho de que la primera letra romana usada en Francia —1470, imprenta de la Sorbona— era copia de la familia que Schweynheym y Pannartz utilizaban en Roma desde 1467». La gótica de forma es una letra de poco ojo, apretada, lo que podría estar motivado en parte por la necesidad de que las líneas tuvieran el mayor número posible de letras y de economizar vitela y papel. Es visualmente afín a la puntiaguda arquitectura de la Europa septentrional. Precisa además Johnson su deficiente legibilidad, dado que «los caracteres no están suficientemente diferenciados unos de otros: la n, por ejemplo, es meramente dos íes ligadas y la m tres, con lo que combinaciones como imn resultan confusas. Pero la legibilidad no ocupaba el primer puesto entre los fines del copista medieval. Esta formal caligrafía le permitía producir páginas sumamente densas, de elevada proporción negro-blanco cuyo aspecto recuerda la textura de un tejido». Lo que se pierde en legibilidad se gana en belleza.
Pero aunque la letra gótica —en sus diversas variedades— sería el tipo más usado en Alemania hasta mediados del siglo XX por lo menos, los estudiosos humanistas de la Italia del siglo XV preferían los caracteres redondos; los impresores que protagonizaron la expansión de la imprenta que, desde Renania, alcanzó todos los rincones de Europa, fundían familias copiadas de la escritura que sus clientes preferían. En las obras de los impresores que, habiendo cruzado los Alpes, se instalaban cada vez más al Sur, puede constatarse la substitución de la gótica negra por la redonda.
William Caxton | Robert Estienne | Geofroy Tory | ||||||||
Tres marcas de impresor |
La imprenta se extendió velozmente. William Caxton la llevó a Inglaterra en 1476. Este fascinante personaje, natural de Ken (1422, fecha probable de nacimiento) no era un gran impresor desde el punto de vista técnico. Había aprendido el arte en el continente, posiblemente en Colonia; en 1475 imprimía en Brujas el primer libro en inglés, su propia traducción de Receuil des Histoires de Troies, e instaló su imprenta en Westminster. Hacia 1476 la imprenta había llegado ya a Italia, Suiza, Francia, los Países Bajos, Bélgica, Hungría, Polonia y España. Todos los tipos que Caxton usaba eran variedades de la gótica negra, sus obras primerizas están compuestas con familias flamencas porque fue en los Países Bajos donde adquirió sus primeros útiles. Su capataz y sucesor, el alsaciano Wynkyn de Worde, utilizó la letra redonda por primera vez en 1510, aunque Richard Pynson, que había compuesto un libro con ella once años atrás, es el pionero de su empleo en Inglaterra, donde fue desplazando poco a poco a la gótica negra para usos corrientes. Dice Johnson: «El que, en última instancia, los impresores ingleses adoptaran la letra redonda como tipo estándar, parece haber sido casi accidental.» Lo achaca al hecho de que los impresores ingleses del siglo XVI, muy constreñidos por la censura religiosa y política, admiraban y seguían a los impresores franceses y éstos se habían decantado por la redonda. Así pues, la primera edición de las obras de Shakespeare se compuso e imprimió en caracteres redondos.
Ello no obsta, sin embargo, para que la gótica negra continúe usándose en ciertos titulares periodísticos y en algunos documentos legales.
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